martes, 9 de febrero de 2010

Poemario Dzunum III

Boticelli

Renoir

Velázquez

Degas

Manet


No Importa
No importa si me muero
entre tus brazos
aunque no sea la hora
¡Estoy pagado!

Tanto nos unen
del amor los lazos.

Eres noche de luna,
lluvia, aurora,
aroma de los bosques,
nieve, ocaso.
Dzunum

Los Sueños de la Vida
Los sueños de la vida
terminan con el triunfo y el fracaso,
la luz de las auroras
y el canto de los gallos.

Los sueños, alma mía,
son los años,
se muere el alba cuando llega el día
y la noche devora los ocasos.

Aun cuando es infinito,
el tiempo es breve
y en su precipitado paso, nuestra vida,
como sueño se pierde.

De mi existencia el sueño se termina
y en el tiempo mi ser se desvanece
porque mi plazo expira.

¡Sólo tú, alma mía!
una vez que termine mi agonía
disfrutarás del sueño eternamente.
Dzunum

Ya Tarde

Todas las tardes fui
de tarde en tarde

¡La amaba tanto!

Sin saber porqué
una tarde me dijo
¡Ya es muy tarde!
Y no la volví a ver.

Se perdieron las tardes
en el tiempo
y una espléndida tarde
la encontré,
pero era tarde,
demasiado tarde
y al morirse la tarde,
se me fue.
Dzunum

Como blanca nube
¡Quiero pasar como la nube pasa!

¡Quiero llegar donde la nube llega!

¡Quiero estallar como la nube estalla

para regar como la nube riega!

Si como blanca nube peregrina,
en ciclo eterno mi soñar pudiera,
transmutarme en las gotas de rocío,
que en la alborada la montaña besa.

Si en algodón ajado convertido,
me tejiera el fulgor de las estrellas
y posara sereno en los ocasos,
en rebaño encarnado confundido.

Si luciera esmeralda en el océano
y morara en el lecho de la niebla
y el hemiciclo de mi vida breve
trocado en arco iris,
muriera gota a gota en el espacio.
Dzunum
Mi Nueva Musa
Los años han pasado
y ya no me lastima tu recuerdo,

Nuevos anhelos en mi vida
surgen

Te perdiste en el tiempo
y ahora seré cautivo
de otros ojos
y otro cuerpo

¡Cuánta pasión atesoró mi alma!
¡cuántos celos!
¡cuántas noches de insomnio!
¡cuánta angustia!
¡cuántos sentidos
y amorosos versos!

Pero todo termina
y cansado de amarte
inútilmente,
llegó el día
en que sereno me sentí sin verte
y en que otro amor,
que me recuerda el tuyo,
(si lo hubiera tenido)
vino a verme.

Sé que no voy a herirte
si te cuento
sobre lo que mi nueva musa
tiene.

Un rostro tan hermoso
como el tuyo
y como el tuyo
un cuerpo delicioso.

Sus manos son
como tus breves manos

Su sonrisa recuerda
tu sonrisa

Y su cabello negro,
también entre mis dedos
se desliza.

¡Si me hubieras querido
como tanto anhelé
que me quisieras!
ella podría ser tú
o tú, ella.

Ahora el recuerdo de tu amor
se esfuma
y lo que ya no pudo ser
se aleja.

Lo que no fue
ya no podrá ser nunca
aunque jurando amor,
me lo pidieras.

Y es que mi nueva musa
me abrasa el corazón
cuando me besa
y sus manos se enredan con las mías
y tiembla de pasión
cuando me espera.

Si me hubieras querido
como tanto anhelé
que me quisieras:
ella podría ser tú
y tú, ella.

Te perdiste en el tiempo
vida mía
y una etapa concluye
y otra pletórica de amor
empieza.

En la última página
del libro
de versos inspirados
por mi pena
de que no fuiste
lo que hubieras sido,
inserta este poema.

Medio es tuyo
porque no me amaste,
medio de ella,
porque me ama mucho.
Dzunum